4 Me alegré mucho al encontrar entre tus hijos quienes viven según la
verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.
5 Y ahora te ruego, Señora - y no es que te escriba un mandamiento
nuevo, sino el que tenemos desde el comienzo - que nos amemos unos
a
otros.
6 Y en esto consiste el amor: en que vivamos conforme a sus
mandamientos. Este es el mandamiento, como lo habéis oído desde el
comienzo: que viváis en el amor.
7 Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que
Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo.
8 Cuidad de vosotros, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo,
sino que recibáis abundante recompensa.
9 Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no
posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo.
10 Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le
recibáis en casa ni le saludéis,
11 pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.